
Patas Bien Cuidadas · Cuidado responsable e inclusivo
Patas Bien Cuidadas
Cada perro es un mundo. Cada familia también. Nuestra manera de trabajar nace de años de experiencia, de cientos de paseos, cuidados y convivencias, y del profundo respeto que sentimos hacia los animales y hacia las personas que los rodean.
Para nosotros, cuidar a un perro no es solo un servicio: es una relación de confianza y, al mismo tiempo, una oportunidad de generar vínculos más amables entre humanos y no humanos.
Por eso, en Patas Bien Cuidadas el cuidado siempre es personalizado, consciente, inclusivo y responsable.
1. Nuestro compromiso con los perros
Los perros que cuidamos, también de gatos, reciben un acompañamiento real:
- Paseos adaptados a su carácter, edad y energía.
- Rutinas estables que les dan seguridad.
- Supervisión constante y entorno seguro.
- Caricias, compañía y calma.
- Respeto a sus miedos, límites y necesidades especiales.
Trabajamos desde la serenidad y la observación del lenguaje canino. Nuestra prioridad es que el perro se sienta seguro, comprendido y querido.
2. Nuestro compromiso con las familias
Sabemos lo que significa dejar a tu perro en manos de otra persona. Por eso nos comprometemos a:
- Cuidar de tu perro como si fuera uno más de la familia.
- Mantener una comunicación clara, cercana y honesta.
- Ser responsable con horarios y acuerdos.
- Avisar si detectamos cualquier cambio en su comportamiento o salud.
- Acompañar también las dudas de la familia sobre convivencia, miedos, rutinas o paseos.
Nuestro trabajo se apoya siempre en el respeto mutuo.
3. Un proyecto que también es inclusión
Patas Bien Cuidadas no es solo un espacio de cuidado canino. Es también un proyecto que promueve la inclusión social y laboral y el bienestar compartido.
En algunos paseos y actividades participan, de forma acompañada y segura, personas con diversidad funcional, discapacidad cognitiva o con necesidades especiales. A través de los perros:
- Se trabajan la responsabilidad y la constancia.
- Se refuerza la autoestima y la sensación de utilidad.
- Se crea un vínculo afectivo que ayuda a gestionar emociones.
- Se genera un entorno de respeto hacia todos los cuerpos y todas las diferencias.
El perro se convierte en un puente: une mundos, abre conversaciones y ayuda a construir una comunidad más amable.
Este enfoque forma parte de nuestra manera de entender la educación, la afectividad y el cuidado: nadie sobra, todos cuentan.
4. Cómo organizamos nuestros horarios y comunicaciones
Para que los perros estén bien atendidos, necesitamos organización. Funciona mejor cuando:
- Los horarios se confirman con algo de antelación.
- Los cambios se avisan en cuanto sea posible.
- Se habla con claridad sobre las necesidades del perro (miedos, medicación, rutinas, etc.).
Buena organización significa más calma para todos: para el perro, para la familia y para nosotros.
5. Sobre nuestras tarifas y el valor del cuidado
Cada profesional trabaja de un modo distinto. En nuestro caso, las tarifas, bastante simbólicas, reflejan:
- El tiempo real que pasamos con cada perro/a.
- La preparación previa de paseos y acogidas.
- La atención individualizada, sin masificaciones.
- La experiencia acumulada en convivencia, educación canina y proyectos inclusivos.
El objetivo es el de poder ofrecer un cuidado serio, estable y de calidad, que tenga en cuenta tanto al perro como al entorno humano en el que vive.
6. Qué familias encajan mejor con este proyecto
Las familias que mejor encajan con Patas Bien Cuidadas suelen:
- Valorar el bienestar emocional del perro/a por encima de la rapidez.
- Respetar horarios, acuerdos y tiempos de descanso.
- Agradecer la comunicación cuidada y el seguimiento.
- Comprender que los perros son seres sensibles, no objetos.
- Ver el proyecto también como una forma de construir comunidad y apoyo mutuo.
- Respetar las indicaciones de los educadores y cuidadores.
- Hablar con educación y cortesía.
Cuando esto sucede, la relación se vuelve muy sencilla: todo fluye y los perros lo notan.
7. Cómo gestionamos los cambios y los imprevistos
La vida cambia, y lo entendemos. todos deberíamos ser tolerantes y flexibles. Si hay modificaciones, se intentan ajustar siempre que sea posible. Si existe una urgencia, buscamos soluciones dentro de nuestros límites reales.
Nuestro cuerpo, nuestra salud y el número de perros que tenemos a nuestro cargo también marcan lo que podemos ofrecer. Cuidar de todos implica también cuidarnos a nosotros mismos.
8. Más que un trabajo
Patas Bien Cuidadas nació de algo muy sencillo: el deseo de vivir rodeados de animales, de aprender de ellos y de compartir ese aprendizaje con otras personas, especialmente con quienes lo tienen más difícil.
Aquí se juntan:
- Amor por los perros.
- Mirada educativa.
- Sensibilidad hacia la discapacidad y la diferencia.
- Ganas de tejer redes de apoyo y cuidado.
No es solo un trabajo: es una forma de estar en el mundo.
9. ¿Adónde se dirige el dinero?
Las aportaciones económicas de las familias no son un fin en sí mismas, sino una herramienta para sostener el proyecto y seguir cuidando bien a los perros y a las personas que participan en él.
El dinero que recibe Patas Bien Cuidadas se destina a:
- Mantener un número reducido de perros para poder atenderlos de manera individualizada.
- Cubrir gastos básicos de cuidados (material, limpieza, desplazamientos, pequeñas emergencias).
- Mejorar el espacio y los recursos necesarios para que los perros estén cómodos y seguros.
- Invertir en formación continua en educación canina, bienestar animal e inclusión.
- Apoyar, cuando es posible, procesos de acogida y rehabilitación de perros con historias difíciles.
- Remunerar a personas con discapacidad cognitiva.
El objetivo es sencillo: que el proyecto sea sostenible y que cada perro que pasa por aquí reciba el cuidado tranquilo y respetuoso que merece, sin prisas y sin atajos.
10. Casa de acogida y de rehabilitación
Además de los paseos y cuidados habituales, Patas Bien Cuidadas funciona también como una pequeña casa de acogida y de rehabilitación emocional para ciertos perros.
Está pensada especialmente para:
- Perros con ansiedad por separación o miedos intensos.
- Perros que vienen de situaciones de estrés o abandono.
- Perros mayores que necesitan calma, rutinas suaves y compañía.
En este espacio:
- Viven en un entorno familiar, no en una residencia masiva.
- Se les ofrece estructura: horarios, paseos tranquilos, descanso y cariño.
- Se trabaja su seguridad poco a poco, respetando sus tiempos.
- Se observa su comportamiento para ayudar a las familias a entender qué necesitan.
La casa de acogida tiene aforo muy limitado: se prioriza siempre la calidad del cuidado y la tranquilidad del ambiente. Cada perro que entra necesita tiempo, paciencia y presencia, y ese es el verdadero sentido de este lugar.
