Por Patas Bien Cuidadas
Hay perros que caminan por la ciudad como si vivieran dentro de una cúpula invisible: atentos a cada sonido brusco, cada movimiento rápido, cada coche que pasa demasiado cerca. No es miedo “irracional”, ni un problema de educación, ni una manía. Es hipersensibilidad auditiva y visual, un rasgo más común de lo que pensamos, especialmente en perros nobles, sensibles y de carácter tranquilo.
Pienso, por ejemplo, en algunos perros que he cuidado. Perros buenos, dóciles, de esos que parecen mirar el mundo con una mezcla de curiosidad y fragilidad. Pasean bien, siguen el ritmo, disfrutan del olor del suelo… hasta que aparece un detonante: un coche que acelera, un hombre desconocido que se acerca demasiado deprisa, un niño pequeño que corre, un perro que invade su espacio. Entonces todo cambia. El cuerpo se tensa, la correa se estira como un hilo lleno de electricidad, y el paseo se convierte en una salida de emergencia.
No está “portándose mal”: está intentando sobrevivir a una cantidad de estímulos que su sistema nervioso no puede procesar.
¿Por qué ocurre esto?
Los perros hipersensibles perciben el mundo exterior con una intensidad mayor. Los sonidos fuertes no son “molestos”: son intrusivos. Las figuras que se mueven rápido no son “público”: son impredecibles. Y la calle, que para otros perros es rutina, para ellos es muchas veces un campo abierto lleno de incertidumbres.
Suelen presentar:
- Sensibilidad auditiva elevada.
- Inseguridad ante personas desconocidas (sobre todo hombres).
- Nerviosismo ante niños por sus movimientos rápidos y ruidosos.
- Evitación de algunos perros.
- Necesidad clara de huir cuando algo les supera.
Lo importante es entender que no es agresividad. Es miedo. Es ansiedad. Es un umbral de tolerancia al entorno más bajo.
¿Sirve ponerles algo en las orejas?
Sí, existe complementos auditivos para perros, aunque no son una solución total.
✔ Protectores auditivos tipo Mutt Muffs
Son como auriculares pasivos que reducen la intensidad del ruido. Pueden ayudar en calles muy transitadas o con tráfico ruidoso.
✔ Capuchas calmantes como Happy Hoodie
No bloquean todos los sonidos, pero suavizan la experiencia auditiva y aportan una contención suave que a muchos perros les relaja.
No existen gotas, fármacos locales ni tapones que se introduzcan en el oído.
Lo que se usa siempre es externo y seguro.
Estos recursos no cambian la emoción del perro, pero le permiten bajar uno o dos peldaños de estrés. A veces, eso ya es un respiro.
Lo esencial: ayudarlo a sentirse seguro
Las soluciones reales no vienen de bloquear el ruido, sino de acompañar al perro para que recupere el control de la situación. Esto es lo que verdaderamente funciona:
🟩 1. Rutas amplias, tranquilas y predecibles
Evitar calles estrechas, obras, escuelas, aparcamientos o zonas donde la gente se mueve deprisa.
🟩 2. Correa larga y arnés cómodo
Una correa de 3–5 metros le permite elegir distancia y no sentirse atrapado.
🟦 3. Reasociación emocional
Cada vez que aparezca un estímulo difícil (hombre desconocido, coche ruidoso, niño corriendo, perro excitado), aparece también algo bueno: una golosina de alto valor, una voz suave, un gesto calmado.
No lo premiamos por reaccionar:
lo ayudamos a entender que “esto que me da miedo no es peligroso, siempre pasa algo bueno cuando aparece”.
🟧 4. Ejercicio “mirar y volver”
Un juego sencillo que cambia la vida de estos perros.
El perro ve el estímulo → tú marcas el comportamiento (“muy bien”) → él vuelve a mirarte → premio.
Con el tiempo, elegirá mirarte antes de entrar en pánico.
🟧 5. Trabajo de olfato
El olfato regula el sistema nervioso.
Alfombras olfativas, búsqueda de premios, juegos de rastreo.
Menos estrés, mejor regulación emocional.
🟥 6. Apoyo profesional si el miedo es muy intenso
A veces un etólogo puede recomendar:
- Suplementos naturales calmantes.
- Feromonas (Adaptil, Calm).
- Medicación ligera para reducir el umbral de estrés mientras se trabaja la conducta.
No es “sedar al perro”: es ayudarle a aprender desde un estado más tranquilo.
Un tipo de perro que necesita paciencia, no corrección
Los perros hipersensibles son perros profundamente buenos. Observadores. Con un mundo interior muy vivo. Todo les entra por los sentidos, y a veces el mundo les queda grande. Pero, cuando se sienten seguros al lado de la persona correcta, florecen de una manera preciosa: se vuelven confiados, estables y mucho más abiertos al entorno.
No necesitan que se les fuerce.
Necesitan que se les entienda.
Y ese es, quizá, el mayor acto de amor que podemos ofrecerles.

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