Los perros molosoides forman un grupo de razas caracterizado por su cuerpo macizo, cabeza ancha, mandíbula poderosa y una expresión imponente. Sin embargo, bajo esa apariencia fuerte suele esconderse un temperamento tranquilo, afectuoso y protector. Son perros fieles, equilibrados y de gran apego hacia su familia humana.

Su origen se remonta a los antiguos Molosos de Epiro, en la Grecia clásica, utilizados como perros de guarda y de guerra. De ellos descienden razas tan conocidas como el Mastín Español, el Dogo de Burdeos, el Rottweiler, el Boxer, el Bullmastiff, el San Bernardo, el Dogo Argentino o el Cane Corso, entre muchos otros.

💪 Carácter y temperamento

Aunque su aspecto pueda intimidar, los molosoides son serenos y seguros de sí mismos. Su fuerza no va acompañada de agresividad, sino de una gran capacidad de autocontrol y equilibrio. Suelen ser muy protectores con los suyos, pacientes con los niños y cariñosos con quienes consideran parte del grupo familiar.
No obstante, requieren una educación firme, coherente y respetuosa, ya que su potencia física puede ser difícil de manejar si no están bien socializados desde cachorros.

🏡 Cuidados y necesidades

• Ejercicio: necesitan paseos regulares y rutinas de actividad moderada; no son perros hiperactivos, pero sí fuertes y resistentes.
• Alimentación: deben mantener una dieta equilibrada, adaptada a su tamaño y tendencia a ganar peso.
• Salud: algunas razas pueden sufrir displasia de cadera, problemas cardíacos o respiratorios, por lo que conviene realizar revisiones veterinarias periódicas.
• Educación: el refuerzo positivo y la calma son esenciales. No responden bien al castigo ni a la dureza.
• Afecto: disfrutan de la cercanía y la compañía; son perros de vínculo, no de soledad.

❤️ En resumen

Los molosoides son guardianes del alma y del hogar. Su lealtad es silenciosa pero inquebrantable, y su fuerza, una forma de ternura contenida. Cuidarlos es aprender que la verdadera protección nace del amor.