¿Por qué a los gatos les gusta una lata un día sí y otro no?

Quien convive con gatos sabe que son animales de gustos cambiantes. Lo que hoy devoran con entusiasmo, mañana puede quedar intacto en su cuenco. Este comportamiento, que a veces desespera a los cuidadores, tiene más lógica de la que parece.

Los gatos, a diferencia de los perros, no se guían solo por el hambre. Su relación con la comida está profundamente marcada por su naturaleza felina:

  • Cazadores solitarios: en libertad, los felinos no comen lo mismo todos los días. Varían de presa según la ocasión, y esa necesidad de diversidad se refleja en su comportamiento doméstico.
  • El poder del olfato: para un gato, el aroma es más importante que el sabor. Una lata recién abierta desprende un olor intenso y fresco; al día siguiente, aunque sea la misma marca, puede perder atractivo.
  • Sensibilidad sensorial: algunos gatos tienen receptores muy finos que los hacen hiperselectivos. Lo que un día les resulta irresistible, al siguiente puede no apetecerles.
  • Estado físico y emocional: igual que nosotros, los gatos no siempre tienen el mismo apetito. El nivel de actividad, el estrés o incluso un ligero malestar digestivo influyen en su interés por la comida.

¿Qué podemos hacer?

  • Alternar sabores y texturas de forma equilibrada, sin cambios bruscos.
  • Servir la lata recién abierta o conservarla en la nevera bien tapada y templarla antes de darla.
  • Evitar ofrecer siempre la misma marca, pero tampoco abusar de la variedad excesiva que puede causar problemas digestivos.
  • Observar si los cambios de apetito son ocasionales o continuos: si un gato rechaza repetidamente la comida o deja de comer más de 24-48 horas, conviene consultar al veterinario.

Al final, esa aparente “manía” de los gatos es solo un recordatorio de que son animales independientes, con un instinto que sigue muy vivo y que convierte cada comida en una elección, no en una obligación.

Deja un comentario