Linfoma intestinal en gatos con metástasis en hígado

El linfoma es el tumor más frecuente en los gatos. Se origina en los linfocitos (células del sistema inmune) y puede presentarse en diferentes órganos: ganglios linfáticos, mediastino, riñones, sistema nervioso, y con frecuencia, en el intestino.

Cuando el linfoma afecta al intestino, hablamos de linfoma gastrointestinal o intestinal. Se trata de una neoplasia agresiva, de evolución variable, que en algunos casos puede extenderse a otros órganos vitales, como el hígado, provocando metástasis.

Síntomas principales

  • Pérdida de peso rápida y marcada.
  • Vómitos intermitentes o crónicos.
  • Diarrea o alteraciones en las heces.
  • Dolor o molestias abdominales.
  • Abdomen hinchado.
  • Letargo y disminución del apetito (aunque a veces mantienen hambre por efecto de corticoides).
  • En caso de metástasis hepática: ictericia (piel y mucosas amarillentas), abdomen distendido, debilidad.

Diagnóstico

El diagnóstico suele incluir:

  • Ecografía abdominal: detecta masas intestinales, engrosamiento de la pared o metástasis en hígado.
  • Análisis de sangre: alteraciones hepáticas, anemia, linfocitosis o leucopenia.
  • Biopsia (quirúrgica o endoscópica): necesaria para confirmar el tipo exacto de linfoma.
  • Citología por aspiración: puede dar pistas rápidas, aunque no siempre concluyentes.

Tratamiento

El tratamiento depende del estado general del gato y del grado de extensión del tumor:

  1. Quimioterapia: es el tratamiento de elección en linfomas. Puede mejorar la calidad y duración de vida, aunque no siempre es posible según la edad y estado del gato.
  2. Corticoides (prednisona/prednisolona): ayudan a disminuir la inflamación, estimulan el apetito y aportan bienestar temporal.
  3. Apoyo con analgésicos y protectores gástricos: gabapentina, maropitant, omeprazol, etc.
  4. Alimentación adaptada y suplementos: dieta blanda, fácil de digerir; en algunos casos, suplementos hepáticos.
  5. Cuidados paliativos: cuando la enfermedad está avanzada y la quimioterapia no es viable, se busca calidad de vida, controlando el dolor, las náuseas y ofreciendo un entorno tranquilo.

Pronóstico

El pronóstico del linfoma intestinal con metástasis hepática suele ser reservado a grave.

  • Con quimioterapia, algunos gatos pueden vivir meses o incluso más de un año con buena calidad de vida.
  • Sin tratamiento específico, el tiempo suele reducirse a semanas o pocos meses.
  • Lo más importante es valorar cada caso y decidir junto al veterinario si conviene intentar tratamiento intensivo o priorizar el confort del gato.

El caso de Tao

En Patas Bien Cuidadas queremos contar también la historia de Tao, una gata muy querida. Tao llevaba un tiempo perdiendo peso rápidamente, a pesar de comer bien. Su abdomen comenzó a hincharse y su piel tomó un tono amarillento: era la ictericia, signo de que el hígado estaba afectado.

Las pruebas veterinarias confirmaron un linfoma intestinal con metástasis en hígado. A pesar de lo duro del diagnóstico, su familia decidió cuidarla en casa, con corticoides y medicación de apoyo, para que estuviera lo más tranquila y acompañada posible.

Tao sigue siendo la maestra silenciosa de su familia, mostrando cariño y serenidad en medio de la enfermedad. Su caso nos recuerda la importancia de estar atentos a los cambios en nuestros gatos, acudir al veterinario cuanto antes y, llegado el momento, priorizar siempre su bienestar.

Consejo de Patas Bien Cuidadas:
Si tu gato pierde peso sin razón aparente, vomita con frecuencia o muestra ictericia, no lo ignores. Estas señales pueden indicar un linfoma u otra enfermedad grave. La detección temprana es clave para poder ofrecer opciones de tratamiento y mejorar su calidad de vida.

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