En 1978, la UNESCO aprobó la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, un texto que, todavía hoy, sigue siendo una guía ética imprescindible. No es solo un documento legal, sino también una llamada de atención: los animales son seres vivos con derechos propios, y nuestra responsabilidad es reconocerlos y defenderlos.
🐾 Principios fundamentales
1. Igualdad y respeto
Todos los animales tienen derecho a la vida y a una existencia digna (art. 1, 2a).
Esto significa reconocer que su valor no depende de su utilidad para nosotros. Un perro de compañía, una vaca en el campo o un pájaro en el cielo tienen derecho a vivir libres de sufrimiento.
Ningún animal debe ser sometido a malos tratos, actos crueles ni explotado con fines mercantiles (art. 2b, 3a). La crueldad, aunque se disfrace bajo la etiqueta de “tradición” o “entretenimiento”, no puede tener cabida en una sociedad que se considere ética.
2. Nuestra obligación como seres humanos
No basta con reconocer derechos: tenemos un deber. Los humanos debemos cuidar, proteger y atender a los animales, poniendo nuestros conocimientos al servicio de su bienestar (art. 2c). Eso implica desde la tenencia responsable de nuestros perros y gatos hasta la defensa de los animales salvajes y la denuncia de situaciones de maltrato.
💛 ¿Por qué es importante recordarlo hoy?
Muchas veces olvidamos que esta declaración existe, como si fuera solo un texto simbólico. Pero en realidad es una base ética que debería inspirar leyes, educación y nuestra vida cotidiana. Cada vez que tratamos a un animal con cariño, que evitamos su sufrimiento o que reclamamos un mundo más justo para ellos, estamos haciendo que aquellas palabras de 1978 sigan vivas.
En Patas Bien Cuidadas
Creemos que cuidar de un animal es honrar estos principios: reconocer su dignidad, ofrecerles protección y compartir con ellos una vida donde reine el respeto y la confianza.
🐶💚 Porque los animales no son cosas: son compañeros de vida.

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