Entendiendo un comportamiento natural (pero a veces incómodo)
Uno de los comportamientos que más desconciertan a quienes conviven con perros es el de la monta. No importa si el perro es macho o hembra, castrado o entero: de repente, lo vemos montar a otro perro, a una persona o incluso a un cojín. Y entonces surge la duda:
¿Es esto sexual? ¿Dominancia? ¿Juego? ¿Estrés?
La verdad es que la conducta de monta puede tener múltiples significados, y entender su causa concreta en cada caso es clave para gestionarla bien.
1. No siempre es sexual
Aunque en machos no castrados puede estar ligada al celo de una hembra cercana, muchas veces la monta no tiene una motivación sexual. Los perros castrados también lo hacen, así como las hembras. Por eso, reducirlo todo a “tiene ganas” o “quiere dominar” es simplista y, a menudo, erróneo.
2. Puede ser una forma de juego o excitación
Muchos perros, especialmente jóvenes, montan cuando están muy activados: durante el juego, en momentos de mucha emoción o después de una situación estresante. Es como si su sistema nervioso no supiera qué hacer con tanta energía. En esos casos, la monta es una válvula de escape.
3. También puede indicar ansiedad o malestar
La monta repetitiva, insistente y fuera de contexto (por ejemplo, a un cojín durante largos periodos o a personas desconocidas) puede ser una señal de ansiedad o de falta de autocontrol. Es importante no reñir al perro, sino observar qué lo está llevando a ese estado y trabajar desde ahí.
4. ¿Dominancia? Con precaución
Sí, algunos perros montan como forma de control social, sobre todo si lo hacen sobre perros más sumisos y en contextos concretos. Pero el término “dominancia” está sobreutilizado y mal interpretado. No se trata de un perro “malo” o “mandón”, sino de un comportamiento que puede (o no) tener ese componente, y que debe leerse en relación con el entorno y el lenguaje corporal completo.
¿Qué puedo hacer si mi perro monta?
- No te alarmes, ni lo castigues. Observa.
- Redirige su atención con calma hacia otro tipo de juego o actividad si está muy excitado.
- Asegúrate de que tiene suficiente ejercicio físico y mental.
- Evita reforzar sin querer (por ejemplo, riendo o prestándole mucha atención cuando lo hace).
- Si la conducta es muy repetitiva, compulsiva o genera conflictos, consulta con un educador canino profesional que trabaje desde el respeto y el bienestar emocional.
En Patas Bien Cuidadas, creemos que la educación empieza por la comprensión. Cada conducta tiene una razón, y acompañar a nuestros perros también es aprender su idioma, sin imponer el nuestro.
🦴 ¿Te ha pasado con tu perro? ¿Tienes dudas sobre este tema? Puedes escribirme o dejar un comentario. Estaré encantada de ayudarte.

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