🐾 Soplos de calor: cuando el cuerpo dice basta

Lo que le pasó a un perro mayor de 15 años, y por qué todos los cuidadores deberíamos llevar un botiquín

Ayer me pasó algo que me dejó temblando. Iba paseando con un perro mayor, de quince años, cuando, de pronto, se quedó sin fuerzas. No fue un golpe seco, sino un agotamiento silencioso. Se echó en el suelo, jadeando fuerte, y no quiso o no pudo continuar. Estábamos a la sombra, el paseo era corto, pero el calor de estos días es implacable.

Enseguida supe que no era una deshidratación leve ni un capricho de perro mayor: era lo que muchas veces llamamos “soplo de calor”, una subida rápida de temperatura corporal que puede ser muy peligrosa, especialmente en perros mayores, braquicéfalos o con problemas de salud.

Los perros no sudan como nosotros. Regulan el calor por las almohadillas de las patas y el jadeo. Cuando esto no basta, el cuerpo empieza a fallar: primero el agotamiento, luego el desmayo, y en casos graves, puede llegar al fallo multiorgánico. No exagero.

🚨 ¿Cómo reconocer un golpe de calor en un perro?

  • Jadeo excesivo, con la lengua fuera, muy roja o azulada
  • Tambaleo, debilidad o resistencia a seguir caminando
  • Temperatura corporal superior a 39,5 °C
  • Vómitos, diarrea o desorientación
  • En casos graves, convulsiones o pérdida de consciencia

No hace falta estar en pleno sol a 40 °C. A veces basta con humedad, poca ventilación o una pequeña subida sin aviso.

🧰 ¿Qué hacer en ese momento?

  1. Llevarlo a un lugar fresco y a la sombra, sin agobiarlo.
  2. Mojar una toalla y aplicarla en cuello, axilas, ingles.
  3. Ofrecer agua en pequeñas cantidades, nunca forzar.
  4. No cubrir con hielo ni meter en agua fría (el contraste puede ser perjudicial).
  5. Contactar con un veterinario, aunque se recupere aparentemente.

Y entonces me di cuenta de algo: por suerte llevaba una botellita de suero oral canino, agua fresca, una toalla y un pulverizador. No lo había planeado para eso, pero me salvó. O mejor dicho, le salvó a él.

🎒 ¿Qué debería llevar un cuidador canino en su mochila de verano?

  • Agua siempre (y más de la que crees)
  • Toalla pequeña o gamuza
  • Suero oral o sobres de electrolitos caninos
  • Spray con agua
  • Teléfono de urgencias veterinarias
  • Termómetro digital
  • Bolsita con gasa, betadine, crema balsámica (por si acaso)

❤️ Porque cuidar no es solo pasear: es estar ahí, de verdad.

Este tipo de situaciones no deberían pillarnos desprevenidas. El amor no basta si no va acompañado de prevención y conocimiento.
Y si cuidas perros ajenos, aún más: sus familias confían en ti. No por saber de medicina, sino por saber actuar con calma, cariño y recursos.

Ayer él se recuperó. Lo mojé, descansamos largo rato y luego volvió a casa muy despacito. Pero me quedé con una certeza:

A veces, ser cuidador es saber leer los pequeños signos antes de que griten.

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