Puede pasar en un paseo, después de jugar o incluso mientras duerme: notas que tu perro tiene el pene de fuera y no vuelve a esconderlo. Aunque a veces es algo pasajero y normal, si se prolonga en el tiempo puede tratarse de una urgencia veterinaria. No es broma.
Este problema se llama parafimosis y ocurre cuando el pene del perro no puede volver a su lugar natural dentro del prepucio. Si no se actúa a tiempo, la falta de circulación puede provocar hinchazón, dolor e incluso necrosis.
¿Cómo saber si es grave?
- El pene lleva fuera más de 30 minutos.
- Está muy rojo, seco, inflamado o amoratado.
- El perro lame mucho la zona, está inquieto o dolorido.
- Se repite con frecuencia.
Primeros auxilios en casa
- Lava tus manos y, si es posible, ponte guantes.
- Lubrica la zona con suero fisiológico o gel hidrosoluble (tipo K-Y). No uses vaselina ni cremas con medicamentos.
- Intenta recolocar el pene suavemente empujándolo hacia dentro, con movimientos delicados y sin forzar.
- Si no se reduce fácilmente o notas resistencia, no insistas: llévalo al veterinario cuanto antes.
¿Se puede prevenir?
- En perros propensos (por excitación frecuente o prepucio muy corto), conviene hablar con el veterinario sobre posibles soluciones.
- A veces la castración ayuda, y en otros casos se recomienda una pequeña cirugía correctiva.
En Patas Bien Cuidadas siempre te recomendamos observar con cariño y actuar con rapidez si algo no te parece normal. No te sientas culpable por no saber: lo importante es aprender y actuar a tiempo.


Deja un comentario