A veces pensamos que un perro que no ladra, que se queda quieto o que “pasa de todo” simplemente es tranquilo. Pero en realidad, muchos perros, sobre todo los más sensibles, expresan su malestar de forma silenciosa, a través de lo que se llaman conductas de evitación.
Estas conductas son respuestas ante algo que les genera miedo, incomodidad o incertidumbre. No siempre reaccionan con agresividad o huyendo: muchas veces solo intentan alejarse del problema de forma sutil.
Algunas señales típicas:
- Girar la cabeza o el cuerpo para no mirar directamente.
- Lamerse los labios sin que haya comida cerca.
- Bostezar fuera de contexto (no por sueño).
- Moverse despacio, quedarse quietos o caminar en otra dirección.
- Esconderse, agacharse, temblar.
- Evitar ciertas personas, perros o lugares.
👉 Estas señales son su manera de decir: “Esto no me gusta”, “No quiero acercarme”, “No me siento seguro”.
Y si no las escuchamos, pueden escalar en señales más intensas: gruñidos, tirones, bloqueos o incluso reacciones defensivas.
🐕 Entender a un perro no es solo enseñarle cosas: es aprender a leer su lenguaje corporal, darle opciones, respetar su ritmo.
Forzar a un perro a enfrentarse a lo que le asusta solo refuerza su inseguridad. En cambio, acompañarlo con paciencia, permitirle elegir y generar experiencias positivas puede cambiarlo todo.
💛 Hay mucho amor en dejar que un perro se exprese. Mucho cuidado en no obligarlo a «ser valiente». Y mucha sabiduría en saber cuándo simplemente hacer una pausa y esperar, sin presión.
Observar, respetar y cuidar también es eso.

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