Los perros, al igual que nosotros, pueden desarrollar respuestas para evitar situaciones que perciben como incómodas, estresantes o amenazantes. Estas conductas de evitación son señales clave de su estado emocional y pueden surgir por distintas razones. Entenderlas y manejarlas de manera adecuada es esencial para garantizar su bienestar y fortalecer nuestro vínculo con ellos.
¿Qué son las conductas de evitación?
Se trata de comportamientos que los perros muestran para eludir algo que les resulta desagradable. Pueden ser sutiles o muy evidentes, e incluyen:
- Apartar la mirada o girar la cabeza.
- Lamerse el hocico repetidamente sin razón aparente.
- Bostezar fuera de contexto (cuando no están cansados).
- Alejarse de la persona, objeto o situación.
- Hacerse el desentendido o ignorar comandos.
- Quedarse quieto o congelarse.
- Dar la espalda al estímulo. Este gesto es particularmente relevante, ya que puede expresar un intento de calmarse a sí mismo o de transmitir que no representa una amenaza.
Estas conductas no son «caprichos», sino respuestas naturales a un estado de incomodidad.
Causas comunes de evitación en perros
- Socialización inadecuada: Experiencias limitadas o negativas durante las etapas críticas de desarrollo.
- Miedos o traumas previos: Asociaciones negativas con ciertos estímulos, como ruidos fuertes, visitas al veterinario o el contacto con ciertas personas o animales.
- Exceso de presión: Expectativas demasiado altas durante el entrenamiento o insistencia en actividades que no les gustan.
- Dolor o malestar físico: Algunos perros evitan moverse o interactuar si sienten dolor o molestias.
- Falta de comprensión: El uso de técnicas de entrenamiento coercitivas puede hacer que intenten evitar al tutor o las actividades.
Cómo abordar las conductas de evitación
- Identifica el detonante: Observa cuándo ocurre la evitación para entender qué está causando el estrés.
- Reduce el estímulo: Aléjalo del factor desencadenante y permítele recuperar la calma.
- Revisa su salud: Asegúrate de que no haya una causa médica subyacente consultando con un veterinario.
- Refuerza conductas positivas: Usa refuerzos suaves y progresivos para ayudar a tu perro a afrontar la situación con confianza.
- Evita la confrontación: No lo obligues a enfrentar directamente aquello que evita, ya que esto podría empeorar el problema.
- Busca ayuda profesional: Un educador canino o etólogo puede ser clave para diseñar un plan adecuado.
Consejos para prevenir las conductas de evitación
- Socialización temprana: Exponlo gradualmente a una variedad de estímulos desde cachorro, siempre respetando su ritmo.
- Entrenamiento positivo: Refuerza el buen comportamiento en lugar de corregir el negativo.
- Proporciona un entorno seguro: Asegúrate de que tenga espacios donde pueda sentirse tranquilo y protegido.
- Escucha sus señales: Aprende a leer el lenguaje corporal de tu perro y respétalo.
Las conductas de evitación no deben verse como una desobediencia, sino como un mensaje. Escuchar a tu perro y actuar en consecuencia es el primer paso para fortalecer vuestra relación y mejorar su calidad de vida.

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