Si tienes perro, seguro que más de una vez lo has visto meterse bajo las mantas o las colchas. A veces lo hace con sigilo, otras revolviendo todo como si estuviera excavando para encontrar un tesoro. Y ahí se queda, hecho un ovillito, respirando lento, mientras tú te preguntas: ¿por qué hacen esto?
Hay varias teorías y, siendo sinceros, probablemente todas tengan algo de verdad:
- Es un refugio, como su propia cueva: Los perros, aunque vivan rodeados de comodidades, no dejan de ser descendientes de lobos. En la naturaleza, ellos buscarían refugios para sentirse seguros. Tu manta es como su cueva personal: cálida, suave y con tu olor. ¿Qué más puede pedir?
- Buscan calorcito: Esto es especialmente común en invierno o si tienes un perro friolero. Algunas razas, como los galgos o los chihuahuas, lo necesitan más porque no tienen tanta grasa corporal o pelo que los aísle del frío. Así que, si tu perro está bajo las mantas, es probable que solo esté buscando no convertirse en un cubito de hielo.
- Te quieren cerca: Para ellos, el olor y la compañía de su humano favorito son un consuelo enorme. Al meterse bajo tu manta, no solo encuentran calor, sino que están contigo, en ese espacio tan tuyo que también sienten como suyo. Es su forma de decir: «Aquí estoy seguro y feliz.»
- Curiosidad o juego: A veces no hay razones profundas, simplemente lo ven como un juego. Se meten, se enredan, te arrancan una sonrisa y salen tan contentos.
Por supuesto, también puede ser que simplemente disfruten el gustito de estar cómodos. Y, si lo piensas, ¿quién no se siente reconfortado debajo de una manta?
Sea cual sea la razón, que un perro haga esto es como una declaración silenciosa de confianza. Es un momento para conectar con ellos, para reírnos y, por qué no, para compartir un ratito más juntos.

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